viernes, 28 de febrero de 2014

Identifican a Gloria Susana Figueria y a Julio Oscar Zurita, desaparecidos en el Pozo de Vargas

Identifican a una desaparecida santiagueña en Pozo de Vargas
Los restos pertenecen a Gloria Susana Figueroa, desaparecida en junio de 1976, cuando tenía 19 años y estudiaba abogacía.

El Juzgado Federal de Tucumán envió una notificación a la familia comunicando el hallazgo de los restos y la identificación de los mismos como Gloria Susana Figueroa, una joven santiagueña que a sus 19 años fue
víctima de la dictadura militar cuando cursaba la carrera de abogacía en Tucumán. Ella vivía junto a tres compañeras en una pensión de la calle Piedras.
Sus hermanos, Raúl Enrique y Ana María expresaron sus sensaciones ante las cámaras de Noticiero 7 por la identificación de los restos de Gloria. Raúl manifestó: ‘Es un triunfo de la verdad y poco a poco de la justicia, porque se vence el silencio, la oscuridad y el ocultamiento. Empieza a aparecer la verdad y va tomando fuerza con el tiempo’.
A su turno, Ana María, visiblemente emocionada dijo: ‘Yo tenía fe en que la iba a encontrar, dónde, no lo sabía, pero tenía fe de que la íbamos a hallar...’, luego se quebró y retomó el diálogo su hermano: ‘Ella es la que más ha luchado para encontrarla, y esto la golpea más porque en cierta manera es como coronar sus esfuerzos’.
Tanto Ana María como Raúl esperan que el caso de sus hermanos sea incluido en algunas de las megacausas que se encuentran aún abiertas y en proceso: ‘Esperamos conservar estos fragmentos y esperar que continúen los trabajos y en un tiempo breve podamos recuperar los demás restos, y en ese caso llegar a una sepultura. La verdad nos da fuerza para seguir luchando’.
 
TESTIMONIO
"Tenía la ilusión de que apareciera vivo, pero me entregaron sus restos"
La mamá de Julio Oscar Zurita contó la tristeza y angustia que vivió la familia desde el 3 de noviembre de 1976.
 FAMILIA. Olga (en el medio) concedió la entrevista junto a su hija Graciela (derecha) y su yerno Bianco.
 El pasado martes, integrantes de la familia Zurita vivieron una jornada inesperada. El Juez Federal Dr. Daniel Bejas, los convocó a un encuentro en Tucumán para informarles que los restos de Julio Oscar, estudiante de Arquitectura en esa provincia, fueron identificados entre las muestras obtenidas en el Pozo de Vargas (Francisco de Aguirre al 4.500) la fosa común que funcionó durante la dictadura.
Con ese dato “cerramos una etapa muy dura en nuestras vida”, Olga Gladys Gómez de Zurita, mamá del joven santiagueño oriundo de la ciudad de Frías, que perdiera la vida en manos de la represión, por lo que la lleva a reflexionar: “Si bien no sabemos qué le han hecho y por qué le han hecho esto a mi hijo, pero por lo menos ahora vamos a poder ponerle aunque sea una flor”.
Casi cuatro décadas pasaron para finalmente conocerse que el chico de 20 años fue asesinado y arrojado a una fosa común, lugar que tiene entre sus secretos más íntimos, hechos siniestros que llevaron adelante integrantes de la junta militar, “porque ellos se encargaron de eliminar a una generación de intelectuales. Entre ellos a mi hijo”, ahondó Olga luego de una breve pausa para rememorar aquel hecho que marcó para siempre a los integrantes de su familia.
En ese encuentro que mantuvieron con el juez, tomaron conocimiento de muchos datos, los cuales algunos de ellos siguen siendo inexplicables para la mamá de Julio, como el que no hay información precisa que indique que el estudiante de arquitectura haya tenido la participación en algún partido político o gremio. “Sin embargo lo sacaron de la pensión y nunca más supimos de él”, agregó.
“Tenía la ilusión de que apareciera vivo”, esgrimió con un destello de tristeza en sus ojos, Olga, “pero fueron tantos años que cuando me dieron la noticia ya no me quedaban lágrimas para llorarlo. Todos los días de mi vida, durante varios años, he llorado la pérdida de mi hijo”, añadió.
Por su parte, Graciela Zurita de Bianco, hermana de Julio, contó que nunca participaron de ninguna actividad política en la familia. “Por eso es muy difícil de entender por qué le hicieron eso a mi hermano. Fue un chico al que le gustaban las reuniones familiares, y jamás mostró alguna inclinación hacia algún movimiento político, pero lo mismo lo mataron. Hoy podemos decir que cerramos una etapa”, finalizó.

Olga y su marido recorrieron parte del país buscando a Julio
Publicado el 26/02/2014 - Con el ímpetu de un padre y con el valor de un héroe, Julio César Zurita, papá de Julio (joven secuestrado y asesinado en la última dictadura), desde el momento en que se enteró que su hijo había desaparecido, comenzó una búsqueda incansable para dar con su paradero, pero en el 2005, luego de haber luchado hasta con sus propios miedos por no encontrarlo con vida, falleció.
Olga, quien lo acompañó en todo momento, que “adonde nos decían que habían visto a mi hijo nos íbamos, sin importar adonde fuera. Nos llegaban datos de que estuvo en Córdoba, Jujuy, Chaco, Salta, en cualquier punto del país y junto con mi marido recorríamos miles de kilómetros para encontrarlo. Pero siempre nos dábamos con el mismo resultado: no aparecía”.
Tras 38 años de aquel acontecimiento que marcó sus vidas, teniendo en cuenta que el 3 de noviembre de 1976 Julio fue visto por última vez con vida, la mamá del estudiante asesinado narró que cuando llegaron a la pensión donde vivía su hijo, encontraron todo en orden, salvo la almohada, que no tenía funda. “Con los años nos enteramos que la utilizaron para taparle la cabeza”, detalló.
También recordó que un día se fue junto a su marido a la universidad donde estudió durante 3 años su hijo, y se dio con la mala noticia de que no había ningún dato sobre él. “Muchos años vivimos con esa incertidumbre, de pensar que nuestro hijo nos había mentido. Hasta que un día llegó una invitación de la Facultad, en donde recordarían a los desaparecidos, y entre ellos estaba Julio”.