martes, 30 de julio de 2013

Megacausa Jefatura II - Arsenales II : Testimonio de ex conscripto complica a imputados

Se trata de Joaquín Ibáñez compañero de conscripción de Luis Alberto Soldati, en Arsenal. Mencionó a los imputados Guerrero, Caballero y a un cura de apellido extranjero.

La primera testigo en declarar en la jornada del viernes fue Clara Nélida Medina de Bianchi tiene 89 años. Entró al tribunal con un pañuelo blanco en la cabeza, la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, filial Tucumán, contó ante el tribunal cómo fue el secuestro y posterior búsqueda de su hijo, Ramón Oscar.

El 15 de abril de 1976, un grupo de 12 personas armadas, con las caras cubiertas, narices postizas y pelucas, entraron violentamente a su domicilio. Buscaban "al terrorista Bianchi". Como no lo encontraron, sacaron de la cama a su esposo, Francisco Rizo. Lo golpearon y se lo llevaron (poco después, apareció en Tafí Viejo). Pero antes, contó, desvalijaron la casa. "Hasta se comieron lo que había en la heladera", recordó "Nelly".

Esa misma noche, secuestraron a Oscar, de 21 años, de la casa donde vivía con su esposa, sus suegros, su cuñada y una amiga de la familia. Bianchi era delegado estudiantil en la carrera de Bioquímica. Nunca más se supo de él, aunque un testigo afirmó haberlo visto en el Arsenal.

Luego, declararon Marta Gómez, que estuvo el día del secuestro de Juan Carreras, secuestrado adentro de la sede de la Facultad de Bioquímica de la Universidad Nacional de Tucumán.

También lo hizo María Patricia Rizo, hermana de Ramón Bianchi. Por entonces tenía 11 años. Contó que “entraron una docena de personas, civiles y militares a casa algunos tenían la cara descubierta, otros no. Uno, con tonada cordobesa tenía una nariz de payaso”.

También habló sobre la búsqueda de su madre. Clara había hablado con el policía Figueroa, quien le dijo que Ramón seguramente ya estaba muerto. Mi “mamá buscó entre los cadáveres en el cementerio del Norte, también en Los Vázquez. Allí encontró cinco cadáveres en bolsas que estaban golpeados. Ambas mujeres recordaron que Monseñor Conrero no les quiso recibir una carta. El obispo nos maltrató y corrió.

Al retirarse Patricia el tribunal le preguntó si quería decir algo más. "Justicia por favor, nada más", respondió.

Otro de los testigos que declaró el viernes fue Joaquín Ibáñez, quien se presentó espontáneamente. Fue compañero de conscripción de Luis Alberto Soldati. Ibáñez cumplió servicio en el Arsenal Miguel de Azcuénaga.

Ibáñez vio que el 18 de mayo Luis Soldati había salido del Arsenal, luego un automóvil con el Teniente 1º Guerrero salió por atrás.

Una hora más tarde el auto de Guerrero volvió con Soldati “agazapado adentro, lo pasaron para el fondo”, expresó.

Además dijo que Soldati no fue un desertor, como sostiene la defensa. Entre los nombres de sus superiores, Ibáñez mencionó a los imputados Guerrero y Caballero.

A su vez sostuvo que al Arsenal ingresaban sacerdotes, además del capellán "iba uno de apellido extranjero (el imputado Mijalchyk)".

El testigo contó que al Arsenal ingresaba un camión blanco con leyenda 'Transporte higiénico de carne'. “Pasaba directamente para el fondo”. Cuando le preguntaron por disparos dijo: "era permanente escuchar eso".

Ibáñez vio cuando el padre de Luis y Carlos Soldati fueron a preguntar por Luis Alberto. Los atendió el imputado Caballero.

Por su parte la defensa aseguró que Ibáñez es infractor, que no habría realizado la conscripción. Las querellas y la fiscalía pidió mayor investigación sobre la presentación de la defensa.

Al respecto el TOF resolvió: “Sin perjuicio de la vista  corrida a las partes y pendiente de sustanciación, atento a que el testigo Joaquín Enrique Ibáñez, al prestar testimonio ante este tribunal manifestó que prestó servicio militar obligatorio en la Compañía de Arsenales 5 Miguel de Azcuénaga entre el 20 de diciembre de 1977 y el 9 de marzo de 1979, sumado a que manifestó que al momento de la incorporación de su clase incurrió en infracción y que tiempo después de la incorporación de su clase, fue incorporado directamente a esa unidad militar referida, lo que aparentemente no coincidiría con la documentación remitida a este tribunal que alude a 25 soldados en el año 1978, ni tampoco con las listas presentadas por la defensa que refieren a 205 soldados en el año 1977 y 184 soldados en el año 1978, y sin que figure ningún efectivo incorporado en situación de infracción, el Tribunal considera necesario ordenar al Ejército Argentino informe en forma fehaciente si el aludido señor cumplió el servicio militar obligatorio en la Compañía de Arsenales citada en el período indicado, o si figura como cumplido el servicio militar en otra dependencia del Ejército Argentino”.

Fuente: Tucuman Hoy

viernes, 26 de julio de 2013

Megacausa Jefatura II - Arsenales II : Conmovedor testimoniode la hermana de Julio César Campopiano

En la audiencia de la jornada de ayer se trato el caso de Julio César Campopiano, joven poeta, secuestrado en 1976. “Mi hermano contrajo tétanos y fue dejado morir”, dijo su hermana Noemí en conmovedor testimonio.   Contrajo tétanos de tantas torturas y murió agonizando
 
"No lo busquen más. Lo matamos", le dijeron por teléfono a la madre de Julio Campopiano, la recordada "Pirucha", parte de la historia de las Madres de Plaza de Mayo en Tucumán. El joven había muerto entre los terribles dolores del tétanos, luego de sufrir brutales torturas en el centro clandestino de detención conocido como "el Arsenal" (en terrenos de la Compañía de Arsenales Miguel de Azcuénaga).
La primera testigo en declarar es Noemí Cristina Campopiano, hermana de Julio Campopiano, detenido desaparecido. Brindó detalles sobre lo ocurrido el 21 de octubre de 1976.

Julio César tenía 20 años y era estudiante. De origen español. Fue secuestrado frente al Cementerio Oeste de San Miguel de Tucumán por individuos que se desplazaban en un automóvil color blanco. En esos momentos Julio César se dirigía a un centro oficial de San Miguel de Tucumán a preguntar por el paradero de su hermano Cesar Gustavo, secuestrado previamente el mismo día en su domicilio (y posteriormente liberado). El secuestro de Julio Cesar fue presenciado por el testigo Pedro Eugenio Dilascio.

La familia fue informada por el Suboficial Mayor Gustavo Núñez que Julio César había sido llevado al Arsenal. El responsable de su secuestro fue el Sargento de Gendarmería Américo Gómez. Según el Ex-Gendarme Antonio Cruz. Julio César murió en febrero de 1977 en el Arsenal Miguel de Azcuénaga debido a una infección de tétanos producida por las torturas. Julio César fue dejado morir lentamente, agonizando durante días, arrojado en el suelo y sin recibir ningún tipo de asistencia médica.

“Julio, según contó Cruz, contrajo tétanos y fue dejado morir. Gustavo fue liberado y escuchó las torturas a su hermano”, contó Noemí. Más tarde explicó las peripecias de su madre "Pirucha", buscando a su hijo, y leyó fragmentos que encontró entre las cosas de la mujer de pañuelo blanco.

"Hijo querido, tu madre no va a dejar de buscarte nunca. Ya estamos cerca de encontrarnos", escribió Pirucha en una carta a Julio.

"Nos torturaban haciéndonos imaginar un reencuentro que no se daría jamás", escribió Pirucha. "Hemos sufrido mucho la indiferencia de los medios de comunicación y de la iglesia", leyó Noemí. Pirucha Campopiano dedicó su vida a buscar a su hijo y a los hijos de otras madres. Su arma, el pañuelo blanco.

“Julito Campopiano tenía 18 años cuando fue secuestrado, al día siguiente cumplía los 19. Tengo miedo de olvidarme de Julio, me olvidé de su voz, no quiero olvidarme de él", dijo Noemí. En un testimonio fuerte, detallado y sumamente emotivo.

Luego declaró Ada Celia Campopiano, “mi mamá no fue solamente mi mamá, fue una madre de Plaza de Mayo", dijo Celia Campopiano. Luego aseguró que Félix Insaurralde perseguía a su familia.

En la jornada de ayer, también se trató el caso de Humberto González y Lorenzo Lerma, a través del testimonio de José Ángel Di Marco, quien junto a Humberto González y Lorenzo Lerma estaban en la imprenta Interprovincial cuando el 17 de septiembre de 1976 fueron secuestrados. Lerma y González fueron llevados a Arsenales. Lerma fue liberado tiempo después. Humberto González permanece desaparecido.

La causa juzga la responsabilidad de 41 imputados, tiene 215 víctimas y más de 400 testigos. Entre los imputados se encuentran, además de militares y policías, dos civiles y un cura. 

viernes, 5 de julio de 2013

Identificaron restos de seis desaparecidos en el Pozo de Vargas

La Justicia Federal dio a conocer los nombres, tras los trabajos del Equipo Argentino de Antropología Forense y el Colectivo de Antropología Memoria e Identidad de Tucumán.

FOSA COMUN. El Pozo de Vargas se encuentra en uno de los ingresos al barrio Lomas de Tafí.
La Justicia Federal de Tucumán confirmó esta mañana que se identificaron seis restos hallados en el llamado "Pozo de Vargas", lugar que fue utilizado como una fosa común durante la última dictadura militar. El Juzgado N° 2, a cargo de Fernando Poviña, detalló que es la tercera identificación que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realiza de vestigios encontrados en esa fosa común.

De acuerdo al listado elevado a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, los restos pertenecen a:

- Roberto Raimundo Vega, estudiante salteno que desapareció en Tafí Viejo.
- Segundo Bonifacio Arias, ferroviario taficeño.
- Justina Andres Carrizo
- Luis Lescano
- Raúl Roque Danun
- Eduardo Nicarnor Giménez 

En el proceso de identificación también participaron peritos locales del Colectivo de Antropología Memoria e Identidad de Tucumán (Camit).

Una década de trabajo
La causa que investiga el funcionamiento de una fosa común clandestina en el "Pozo de Vargas" se inició por una denuncia del dirigente Enrique Romero. Las tareas de los miembros del Camit comenzaron en 2002.

En 2004, un sondeo reveló la presencia de restos humanos. Así, fueron identificados Guillermo Vargas Aignasse y Nilda Zelarayán.

lunes, 1 de julio de 2013

Dos hijos de Manuel Casado fueron ayer al juicio : En el nombre del padre

Claudia y Roberto Casado estuvieron ayer en la audiencia del juicio oral y público por los delitos de lesa humanidad sufridos por su padre, Manuel Ricardo Casado, el 25 de marzo de 1976, un día después del golpe cívico militar. Roberto se sentó en la sala y se puso sobre el pecho una foto de su papá, con una inscripción: "Hasta la victoria, siempre". Se la habían regalado minutos antes los militantes de la agrupación H.I.J.O.S. Es que Casado murió el 13 de junio pasado, en pleno juicio, después de esperar justicia durante 37 años. Uno de los tres acusados, el coronel retirado Rubén Cervera, que fue jefe del Batallón de Arsenales y también intendente de facto de San Lorenzo, pidió ampliar su indagatoria. Fue para desmentir un documento presentado por él mismo en su legajo para cuestionar una denegación de ascenso en el Ejército. Negó haber dicho que tenía a su cargo grupos de tareas con una frase antológica: "Podría ser que yo me adjudicara un mérito que no tuve", dijo, refiriéndose a la "lucha contra la subversión". Más allá de la anécdota, el documento que Cervera trató de rectificar tiene 30 años, y allí él se jacta de haber participado en la represión ilegal como una manera de obtener el ascenso a general.

Entre el público estaban Claudia y Roberto Casado. "Es una emoción muy grande estar representando a mi padre, lo que él quería, lo que esperó durante tantos años", dijo Roberto, que fue tirado al patio, envuelto en un colchón, cuando tenía siete días de vida, en la tarde del secuestro. Casado era secretario general del Sindicato Municipal de San Lorenzo, y fue privado ilegalmente de su libertad en una calle céntrica de esa ciudad por un grupo a las órdenes del jefe del Batallón de Arsenales, Rubén Cervera y el subjefe, Horacio Maderna; además del civil Pedro Rodríguez, que fue quien lo señaló en la llamada esquina de los bancos. Rodríguez era asesor jurídico del municipio nombrado durante el gobierno constitucional de Luis Vivas, pero fue ratificado posteriormente por la dictadura. De hecho, dos hermanas de la víctima relataron que fue Rodríguez quien señaló a su hermano para que lo aprehendieran los militares.

Para los hijos de Casado, el de ayer fue también un día de "impotencia y dolor". Es que el antiguo militante gremial --que tiene nueve hijos-- "se puso mal a partir de que declaró". Sin embargo, estuvieron confiados: "Creemos en la Justicia, que va a actuar".

En la audiencia se esperaba el comienzo de los alegatos del fiscal y de las defensa de los tres imputados. El juicio se quedó sin parte querellante, por la muerte de Casado, aunque el abogado que la había asumido, Gustavo Feldman, estuvo ayer entre el público, siguiendo la audiencia.

La decisión del acusado Cervera de ampliar su declaración indagatoria demoró el inicio de los alegatos. El represor negó que hubiera una parrilla para aplicar picana eléctrica en el Batallón de Arsenales. Y aseguró que su propio escrito de hace treinta años tenía una "redacción confusa" para negar su participación en el terrorismo de estado. Pero el documento figura en su legajo.

Cervera aseguró que el Batallón de Arsenales tenía a su cargo la "mantención" de vehículos y enseres de las distintas unidades del II Cuerpo de Ejército y aseguró que jamás se arrogó haber dirigido grupos de tareas sino "la logística de las fuerzas de tareas". El viernes próximo serán los alegatos.